La manutención conyugal, “alimony” en inglés, es el dinero que un/a esposo/a le paga a el/la otro/a para sustento futuro. El/la juez/a decidirá cuánto dinero se debe pagar, si alguno, basado en que sea razonable (“justo y equitativo”) bajo las circunstancias. Si se da, se puede saldar el total en un solo pago o en pagos periódicos. El/la juez/a decidirá si la manutención deberá basarse en un por ciento de las ganancias o en cualquier otro criterio.
El/la juez/a también puede modificar o eliminar los pagos de manutención según las circunstancias.1